LAVABO MANUS MEAS
Este “Lavabo manus meas” él lo traducía como:
“Me lavo las manos meándolas!
Pues los profesores que tenía
Le habían enseñado que:
“En los campos de batalla
Sobre todo en la guerra de África de España
Los soldados se lavaban las manos meándolas
Y bebían, cuando tenían mucha sed
La orina de los caballos; de las yeguas no”.
Desde entonces, la criatura
Enseñaba a sus amigos a mear muy alto
Y con la lluvia de orín
Lavarse las manos.
-¡Sácala Pablo¡
No hace falta que la cojas con la mano
Pues, de entre todos los animales
El hombre es el único que
Al abrir la bragueta
La pilila se le eleva estando quieta.
Es muy propio del hombre
Y mear al cielo
Es la regla de los jóvenes
Que van al campo o a las eras.
Como es la que dicta nuestro instinto:
¡Darle a las chicas lo que es suyo¡
Porque meterla en el ojete, macho
Es un instinto asnal
Y ninguno, con sano juicio
Carga con la conciencia y el jadeo del otro
Por detrás
A no ser que les atraiga el fuego del dragón
Como anhelan los curas
O los tontos del pueblo
Que van a cagar a la aceña
Junto al vetusto tronco de un árbol.
“Lavabo manus meas”
Me lavo las manos meándolas
Arrojando la orina hasta el cielo.
Yo refiero.
Yo lo he probado
En la aceña de mi pueblo
Como lo hacen los criminales
Y asesinos que gobiernan el mundo
En Colombia, en Palestina
Como aquel Mambrú que se fue a la guerra
Y sobre el que canta la copla:
“Mambrú se fue a la guerra
Mire usted, mire usted qué pene.
Mambrú se fue a la guerra
Mire usted qué alto era su mear
Do, re, mi, fa, sol, la.
No más fascismo
No más violencia
No más asesinatos
No más narcoterrorismo.
-Daniel de Culla